35 años del desastre de Chernóbil y el fantasma de DUGA-3
La noche del 25 de abril al 26 de abril de 1986, en la central eléctrica nuclear Vladímir Ilich Lenin, también conocida como central nuclear de Chernóbil, se produjo lo que hoy sigue siendo el mayor desastre nuclear de la historia.
Desde el error humano a una falla del reactor, concatenación de ambos, hasta llegar a teorías conspiranoicas que pasan por sabotaje de la CIA, o la teoría de que el accidente pudiera ser provocado por un alto funcionario de la U.R.S.S para enmascarar su implicación en una trama de corrupción entorno a DUGA-3, las teorías son diversas.
El ingeniero y fotógrafo Philip Grossman, al que llevo siguiendo tiempo, es una de las personas que más veces ha visitado la zona, incluso antes de que estuviera abierta con permisos, se decanta por la combinación de fallos relacionados con la ingeniería y el factor humano. Philip Grossman tiene un documental muy interesante, si lo queréis buscar.
Y poco más puedo aportar yo que no se haya escrito ya acerca del tema. Lo que sí puedo es contar la experiencia en nuestra visita a la zona de exclusión, en la que está la ciudad de Prípiat, Chernóbil y alrededores, incluyendo el mítico “Pájaro carpintero soviético”, o Duga-3, la antena más grande y misteriosa jamás construida. Este sistema de espionaje fue ubicado a las afueras de Chernóbil y fue uno de los mayores secretos de estado de la Unión Soviética. El sistema de antenas estaba rodeado de los hogares de los militares y agentes secretos que lo controlaban, llegándose a conocer como la “la ciudad de los espías”, pero comencemos desde el principio.
Si algún día os animáis a viajar a la bellísima ciudad de Kiev, altamente aconsejable y muy desconocida para nosotros, no debéis dejar de visitar la zona de Chernóbil. Desde mi punto de vista deberíais huir de tours sensacionalistas, que inevitablemente os vais a encontrar en vuestra visita a la capital de Ucrania.
No hace falta que os rompáis mucho la cabeza, reconoceréis estas ofertas inmediatamente por lo estúpido de su propuesta: “Conozca los lugares secretos de Chernóbil y vea la fauna mutante que se ha adaptado a la radiación”, o “Visite la zona de Chernóbil, recree las últimas horas de sus habitantes y adéntrese en lugares prohibidos”, por poner unos ejemplos.
No hay evidencias científicas de animales mutantes dignos de películas de serie B, como ocurre con las religiones, la vida más allá de la muerte y otras zanguangas, creer en estos animales sería lo más atractivo, pero… ohhhh ¡no existen!.
Por nuestra parte, después de barajar diferentes opciones y cotejar con una amable lugareña de Kiev, que conocimos unos días antes, nos decidimos por: Civitatis. Por lo nos contó esta chica eran los que ofrecían tours más fiables, en el sentido de contarte realidad y enseñarte lugares interesantes y no mandangas como lo de los animales mutantes.
Os aconsejo que, una vez reservada la plaza con la empresa que creáis conveniente, el día antes visitéis el Museo Nacional de Chernóbil. El museo se sitúa en el centro de Kiev, en lo que era el antiguo parque de bomberos de la ciudad. La entrada no pasa de los 4 euros y merece la pena, tanto para ver el extenso archivo de objetos recogidos de la zona, como para enterarte de toda la zona que vas a visitar, te aseguro que irás a la zona de Chernóbil con otra visión y sabiendo lo que vas a ver.
Museo de chernóbil
PLANTA 2 DEL MUSEO DE CHERNÓBIL
El museo tiene dos plantas y está subdividido en diferentes salas, las más grande es la general en la que encontramos objetos rescatados de la zona (fotos, mapas, libretas…) documentación de la época, pantallas en las que se explica la historia y un preámbulo a lo que vamos a ver. Para llegar a esta sala hay que subir por unas escaleras con placas con los nombres de todas las zonas afectadas.
En otra de las salas hay un extenso mapa interactivo en relieve con todas las zonas más afectadas, ideal para hacerse una idea de la extensión de la zona de exclusión.
La sala que más impresiona, a mi modo de ver, es la que, en homenaje a los habitantes de Prípiat, hay objetos personales recogidos de hogares; mostrando vidas normales truncadas por el desastre. Fotos con nombres y apellidos de gente que perdió la vida rodean toda la sala con muñecas y juguetes de niños encontrados en la zona.
Hay audioguías en multitud de idiomas para disfrutar de la visita imperdible.
A la mañana siguiente la zona de Chernóbil nos esperaba.
Quedamos con los de Civitatis a las 7:00 de la mañana en la estación central de trenes de Kiev, por cierto; un edificio cuyo interior no debéis dejar de visitar. Después de las presentaciones, subimos a un minibús con pinta de haber vivido tiempos mejores, pero funcional y no muy incómodo. Muy a favor: que éramos un grupo de unas diez personas, lo cual para las explicaciones del guía y para todo el recorrido fue genial. También es verdad que fuimos un miércoles, por lo visto en fines de semana la cosa cambia bastante.
ZONA DEL SARCOFAGO RODEADA POR EL CANAL
Hay que decir que para llegar a la zona de Chernóbil olvidad las excursiones por vuestra cuenta, la zona está controlada por el gobierno, por seguridad y porque se ha convertido en un activo turístico importante para Ucrania. Por lo tanto, no vais a tener más remedio que contratar los servicios de una de estas empresas que os comento. El camino en autobús dura unas dos horas y a medida que sales de Kiev, te vas adentrando en una carretera en la cual no se ve rastro de poblaciones, debido a la tupida vegetación que rodea la carretera.
Hay que tener en cuenta que en todos los años que han transcurrido desde el desastre nuclear, el perímetro protegido no ha vuelto a ser habitado por seres humanos, si exceptuamos unas pocas familias que regresaron, o los trabajadores de la zona. Lo que ha dado lugar a una suerte de reserva natural de vegetación y refugio para todo tipo de fauna. A lo largo de la zona de exclusión, que comprende un radio de más de 30 kilómetros, la naturaleza se ha tomado la justicia por su mano y se ha adueñado de todo. Los animales más comunes dentro de la zona son: el caballo de Przewalski, el lince europeo, zorros, lobos, jabalíes e incluso algunos osos y luego la población de perros que viven en los alrededores de la central y el sarcófago, que sobreviven con lo que les dan de comer los trabajadores y los visitantes.
El primer control se sitúa a unos 30 kilómetros de Prípiat, en una pequeña población llamada “Dityatki” y ahí es donde te facilitan el primer salvoconducto para entrar en la zona, previa comprobación de tu pasaporte. Te das cuenta de que no es cosas de broma cuando ves que todos los pasos están controlados por el ejército e incluso ves alguna torre de vigilancia ocupada por un soldado, con pinta de aburrido, todo hay que decirlo. Lo que contrasta con el puesto de souvenirs chungos, apostado estratégicamente al lado de la garita de los salvoconductos, en el cual te puedes hacer con una camiseta de “Yo estuve en Chernóbil y he regresado sano y salvo”.
Después del primer control volvimos a subir al minibús y nos encaminamos hacia la segunda parada que ya era la zona del sarcófago y el canal que rodea las instalaciones. La nueva estructura que recubre el reactor 4, que fue el que estalló, se terminó de construir en el 2016 y se dice que es el objeto de mayor tamaño movido por el hombre. Tiene una altura de unos 30 pisos, pesa 35.000 toneladas y hay operarios de diferentes países, trabajando por turnos día y noche para que no salte ninguna alarma.
Tened en cuenta que el NCS (siglas en ingles de la estructura) recubre todo el reactor que estalló y hoy se sigue considerando (pongámonos sensacionalistas) el lugar más peligroso del mundo. En este se sitúa la llamada “Pata de elefante”, que es una masa radioactiva hallada tras la explosión. Al sótano donde está este residuo con forma de la extremidad del gran mamífero solo pueden acceder los trabajadores especializados, durante menos de una hora.
En realidad, sigue siendo un sitio misterioso, porque hay quien dice que la Pata de elefante ya se solidificó y dejó de desprender materia liquida radioactiva y otros que no, que sigue en activo. No hay información oficial al respecto que confirme ninguna de las dos informaciones.
MEMORIAL A LOS TRABAJADORES Y LIQUIDARORES DELANTE DEL SARCOFAGO
Se supone que no se pueden sacar fotos, al ser una instalación militarizada, pero ya veis.
Después de otro control, tanto de pasaportes, salvoconductos y de radiación fuimos ya a uno de los puntos más deseados por la mayoría de los que van a visitar la zona, la ciudad abandonada de Prípiat. Una vez allí el minibús se paró en una de las desiertas avenidas de la ciudad y se concretó un punto de encuentro y hora con el conductor. Ahí comenzó la excursión a pie por los puntos más emblemáticos de la ciudad.
Hay que recalcar que la excursión la hicimos todo el rato con el guía y sin salirnos del circuito permitido por las autoridades, ya que hay zonas prohibidas. Como comentaba antes, hay agencias que ofrecen tours secretos por las zonas no permitidas. Eso es algo no muy aconsejable, tal y como nos comentaron el día anterior, tanto en el museo como el guía de Civitatis. Ya no solo porque el precio de estos tours es de polvo de cuerno de unicornio, sino porque te arriesgas a multa e incluso pena de cárcel si te pillan las autoridades y, parece ser, que tampoco te van a enseñar mucho más de lo que puedas ver con agencias oficiales.
Centro de ocio y cultura en el estado actual
FAMILIA POSANDO EN EL MISMO LUGAR EN LAS NAVIDADES DE 1976
Foto cortesía del Museo de Chernóbil
Lugares que visitamos y más interesantes: lo que ya se ha convertido en uno de los sitios más emblemáticos de la zona, el pequeño parque de atracciones con los coches de choque abandonados y la noria, el estadio deportivo de la ciudad, impresiona ver la pista y las gradas sin un alma, una de las plazas más importantes de la ciudad donde se situaba un centro de ocio, una discoteca y un supermercado, o la zona de cocheras de camiones y autobuses que se quedaron abandonados.
EL PARQUE DE ATRACIONES QUE NUNCA SE LLEGÓ A ESTRENAR ES YA UN EMBLEMA DE PRÍPIAT
Las afueras de uno de los hospitales con material y mobiliario prácticamente intacto también son dignas de mencionar, así como la tienda de pianos, que conserva dentro todo el material que fue abandonado.
PARTE EXTERIOR DEL HOSPITAL CON MATERIAL SANITARIO ABANDONADO
ENTRADA A LA OFICINA POSTAL DE PRÍPIAT Y A UNO DE LOS COLEGIOS
Cortesía del Museo de Chernobíl
OFICINA POSTAL Y ENTRADA A UNO DE LOS COLEGIOS EN LA ACTUALIDAD
HOTEL POLISSYA EN LA ACTUALIDAD
HOTEL POLISSYA A FINALES DE LOS 70´S
Después de una parada táctica para comer en el centro donde también lo hacen los trabajadores del sarcófago, tras los pertinentes controles, partimos fuera de la zona.
La comida la puedes gestionar con la propia empresa con la que vayas a la zona, previamente o en el momento. Es un típico Self Service que no cuesta más de 8 euros al cambio.
Ni que decir tiene que, no hay ningún sitio donde comprar comida, que no sea este centro de los trabajadores de las instalaciones. Si no queréis comer allí, llevaos vuestra propia comida. No hagáis lo que esta pija Blas de la opinión real que os pongo a continuación, que pensaba que iba de excursión a la calle Serrano.
Opinión real de una chica que pensaba que iba a la calle Serrano de excursión. La pobre se encontró que no había ningún sitio donde comprar comida, en una zona de exclusión radioactiva y…. ¡horror! se tenían que bajar del vehículo para ver sitios.
Como se nos hacia tarde, comenzaba a llover y cabía la posibilidad de que anocheciera, el guía nos dio a elegir entre visitar un lugar desde donde se podía ver el llamado bosque rojo, o el mítico sistema de antenas de espionaje ruso DUGA-3. El bosque rojo es la zona de vegetación más próxima al accidente, cuyos arboles se tornaron de color rojo por la radiación. Sigue siendo una de las zonas más contaminadas de la zona y uno de los lugares más radioactivos del planeta, por eso solo se puede ver a cierta distancia.
Ni que decir tiene que escogimos DUGA-3.
ENTRADA A LA LLAMADA "CIUDAD DE LOS ESPIAS" QUE RODEA A DUGA-3
DUGA-3, también conocido como el “Pájaro carpintero ruso” fue un sistema de antenas antimisiles ruso que funcionó entre 1976 y 1989. El sobre nombre le vino dado por la señal que pudo ser oída tanto en onda corta, como incluso en líneas de teléfonos particulares de los países de alrededores. Según nos comentó el guía, en Kiev era muy común que, a ciertas horas al levantar el teléfono de tu propia casa, escucharas las interferencias producidas por el sistema, como si de un pájaro carpintero se tratara.
DUGA-3 Y DEBAJO UN TIPO CON ASPECTO DE IDIOTA
La gigantesca antena se encuentra a 30 kilómetros de la zona nuclear y también está dentro de la zona de exclusión. En sus alrededores se encuentra en perfecto estado la conocida (según nos dijo el guía) como “Ciudad de los espías”, que no son ni más ni menos que las casas de los operarios que manejaban la señal de la antena y los militares que vigilaban el entorno. Oficialmente el sistema dejó de funcionar a finales del año 1989 y muchos de los equipos fueron desmantelados, sin embargo: el sistema de antenas permanece intacto y prácticamente inasequible al paso del tiempo, como si hubiera sido siempre parte del paisaje, como un fantasma atemporal llamado DUGA-3.
Datos prácticos.
· ¿Merece la pena? Por supuesto, si lo visitas con una agencia solvente en cuanto a información y que no te lleven con 30 personas.
· ¿Es peligroso visitar la zona? Los guías se empeñan en explicar que la radiación a la que te expones no es más que cuando te haces una radiografía. Si bien es cierto que la clave está en el tiempo de exposición, por eso nuestro guía incidía mucho en esto y hubo lugares en los que no nos dejó estar mucho rato.
· ¿Hace falta llevar ropa especial o un mono como he visto a gente en fotografías? Si eres un flipado, sí, sin duda. Si no: no, ropa cómoda y zapatos para andar por el campo.
· ¿Hace falta llevar un medidor de radioactividad, o contador geiger? Pues a ver, nuestro guía los alquilaba, como todas las empresas, creo que te cuesta unos 10 euros el alquiler por día. A mí me pareció una tontería, algo que me acabó confirmando el propio guía. Sirve para quedar bien en las fotos y los vídeos de Instagram, además el guía con el que contratéis llevará el suyo propio y será el que os diga donde podéis estar y donde no.
· ¿Cuánto se tarda? Un día completo, regresas a Kiev ya por la noche y con una considerable paliza.
· ¿Se puede visitar solo o sin agencia? No, además de que la zona es una zona militar, necesitas un salvoconducto que solo lo puedes sacar a través de agencias permitidas por el gobierno ucraniano. Como comentaba arriba, hay agencias “piratas” que te ofrecen una visita a zonas prohibidas sin tales permisos, en coche particular y saltándote controles. Esto, además de ser una temeridad, es algo totalmente prohibido y no creo que ser pillado dentro de una zona militar, sin salvoconducto, sea una buena experiencia.
· ¿Es verdad que eso parece el metro en horas punta de la gente que hay? Pues ahora mismo no sé. Nosotros fuimos en el 2019, un día de diario y bien, a pesar de que en los controles de acceso había colas; luego no encontramos prácticamente a nadie en toda la excursión por Prípiat, ya que es una zona grande; y muy pocas personas en DUGA-3. Seguro que los fines de semana es diferente.
· ¿Se puede entrar en edificios de Prípiat? Ya está totalmente prohibido, señalizado y penado por la ley, si te pilla el ejército, la agencia con la que contratas no se hace responsable (tienes que firmar una especie de contrato eximiendo a la agencia) si bien es cierto que, a nosotros el guía nos permitió entrar en algunas instalaciones, en las que él y su acompañante se quedaban vigilando por si venía algún vigilante o soldado.
·¿Hay souvenirs en la zona? Desgraciadamente en cada puesto de control hay una especie de quiosco con souvenirs muy chungos, todos oficiales en el sentido de que están controlados por el gobierno. No olvidemos que Ucrania ha visto en esto una fuente de ingresos tan inagotables como la radiación del reactor 4, así como una manera de promocionar Kiev, una ciudad (repito) espectacular y muy poco conocida para el grueso de los europeos. No deja de ser tragicómico el tira y afloja que se traen los responsables del Museo de Chernóbil, muy serios y respetuosos con el tema y los gestores de turismo de Chernóbil muy dados a todo lo contrario.