ADIÓS A TOM VERLAINE

Siempre he dicho que, Marquee Moon (Elektra 1977) de Television es uno de los discos más importantes de la historia de la música Pop y de ahí no me bajáis. Tuve la fortuna de poder fotografiar y ver a Tom Verlaine al frente de su banda, gracias al Primavera Sound luso y a Muzikalia. 

Fue en el 2014, cuando estaba cubriendo el festival para MZK, precisamente en una de esas giras que hicieron rememorando de principio a fin el comentado disco. Recuerdo, como si estuviera allí, que casi hicieron entrar en trance a unos cuantos miles que allí se congregaban a la infortunada hora de las 18:00 (cosas de las grandes citas musicales). El caso es que el concierto fue genial, las fotos fueron bien, pero como soy un fan irredento, me empeñé en llevarme una copia del Marquee Moon para que conocer a Verlaine in person y que me lo firmara. Y no suelo obrar así, pero iba a estar a los pies del puto Tom Verlaine y sus Television, tocando ese maldito disco.

Y no suelo obrar así, pero iba a estar a los pies del puto Tom Verlaine y sus Television, tocando ese maldito disco.

Así pues, después de las tres canciones de rigor en las que nos dejaban hacer fotos en el foso, salí de este y me quedé disfrutando del concierto, al lado del escenario justo en el lateral de la entrada al foso. Esperando, gozando de esas guitarras entrelazadas en un aura psicodélica perfecta, acompañadas de una voz de Verlaine en estado de gracia, al mismo tiempo que estaba alerta, preparando mi plan.

Que no era otro que; en la última canción, tratar de acceder de nuevo al foso, con la escusa de haber perdido una tapa del objetivo, intentar acercarme por la parte de atrás, justo en las escaleras por donde bajaban los artistas después del show; y atacar al bueno de Tom Verlaine, presentarle mis respetos y darle el disco para que me lo firmara. 

Repito que, de todas las veces que he estado acreditado en un concierto, o festival, fue la primera vez que se me ocurrió tal mamarrachada. La primera parte del plan salió bien. La de seguridad que estaba en la puerta del foso me dejó entrar. Me puse con que a buscar la tapa imaginaria perdida del objetivo. Cuando consideré que la muchacha no estaba mirando y justo cuando Television al completo iban a bajar del escenario, tiré para la parte de atrás y ahí ya un compañero de seguridad de la chica, al que seguro esta avisó por pinganillo, me pilló en la flagrante comisión de mi absurdo plan. No tuve por menos que enseñarle el disco y decirle que ni tapa del objetivo, ni leches, que en realidad había sido todo para conseguir la firma (y conocer) de Tom Verlaine. A todo esto, ya había llegado uno de los de producción de prensa y ya me estaba abroncando. Me echaron del foso y el tipo casi me rompió la acreditación que me permitía estar haciendo fotos en el festival. 

Me salvó una compañera fotógrafa lusa, cuyo nombre no recuerdo y a la que estaré eternamente agradecido, convenciendo al de producción de que me dejara. Entre otras lindezas me espetó que había sido muy poco profesional por mi parte, aprovechar la acreditación para intentar colarme después del concierto para conseguir mi propósito. Me excusé y le dije que tenía razón. Aunque en mi fuero interno sabía que no, porque en esto de la música, primero tienes que ser fan, luego todo lo demás. Y de ahí tampoco me bajáis. ¡Gracias por todo Mr. Verlaine y vuele usted muy alto, hasta la luna!